jueves, mayo 12, 2011

GRACIAS, CUMPITA...

- GRACIAS POR SACARME DE ESA, CUMPITA... MIRE QUE ME LA IBAN A DAR COMO TAMBOR EN LA DE ANDACOLLO!!! - ME DIJO EL BOLIVIANO, MIENTRAS INCLINABA SU CABEZA HACIA ATRÁS PARA INTENTAR ESTANCAR LA SANGRE QUE SALÍA DESDE SU NARIZ.
- POR NADA, NEGRO... DE QUE TE LAS IBAN A DAR, TE LAS IBAN... SEGURO! - LE RESPONDÍ MIENTRAS LE SONREÍ A LA FRANCESA - NO HAY PEOR NEGOCIO QUE METERSE CON FALDAS SUCIAS Y AGARRARSE A CACHOS POR UNA PUTA, AUNQUE SEA TAN GUAPA, POH NEGRO!!! -
- ¿Y DE DÓNDE SACÓ ESOS TRUCOS, CUMPITA? BIEN ME DECÍA "EL ROLO" QUE HABÍA QUE TENER CUIDADO CON LOS FLACOS DE PATAS LARGAS... NO HUEVIABA!!! -
- MI VIEJO Y LA CALLE, NEGRO... MI VIEJO Y LA CALLE QUE ENSEÑA A PALOS!!! -
LA PUTA ERA DE COQUIMBO, SE HABÍA VENIDO A LA SERENA CIUDAD BASURERA, ARRANCANDO, COMO YEGUA QUE ERA, DESPUÉS DE HABER ARREGLADO UNA "MEXICANA". DECÍAN TODOS QUE ERA UNA TRAICIONERA Y MALANDRA, TODO EL MUNDO LO SABÍA YA, PERO AL NEGRO NO LE IMPORTÓ A LA HORA DE ENAMORARSE HASTA LAS PATAS - Y DE ESO YA SE- ; NOS LO HABÍA CONFESADO A CHANTALL, AL AMIGO JACK Y A MÍ LA NOCHE QUE LO CONOCIMOS, UNA NOCHE CUALQUIERA DE CALLES SIN NOMBRES, ESAS NOCHES DE PIEDRITAS A LA VENTANA DEL HOSTAL... Y AHÍ ESTABA EL BOLIVIANO, MASCULLANDO SUS PENAS DE AMOR CON UNA DE PISCO; TIERNO Y SINCERO, UN MAR DE BUENO... A ESTAS ALTURAS YA NO SE SI ENAMORADO, EMPOTADO O TODAS LAS ANTERIORES.
LE ACONSEJÉ QUE SE MOJARA LA NUCA CON AGUA HELADA, COMO PARA PARAR LA SANGREADA... Y DE PASO, PENSAR MEJOR LAS COSAS. ME MIRÓ Y VOLVIÓ A REPETIR ESO DE "EL ROLO" Y DE LOS FLACOS CON PIERNAS LARGAS...
- ¿Y QUIÉN ES "EL ROLO"? - LE PREGUNTÉ
- MI HERMANO - ME RESPONDIÓ, ESCONDIENDO LA MIRADA - SE PEGÓ UN TIRO, DE PURO ANGUSTIADO, DE PASTERO... DE PURO HUEÓN - HISO UN PAUSA - AHUEONADO POR UNA MALA MUJER QUE LO CAGÓ...
CHANTALL, EN VOZ BAJITA ME PREGUNTÓ QUÉ ERA ESO DE "PASTERO", LE EXPLIQUÉ Y UN SILENCIO EXTRAÑO Y AGRESIVO SOBRECOGIÓ TODO.

martes, mayo 10, 2011


SILLAS VOLADORAS...

...DÍA PLOMO, FOTOFOBIA QUE NO OTORGA PACTOS NI TREGUA, FRÍO Y "LA PEQUEÑA CANA" INQUIETAMENTE CALMA DESPUÉS DE LA BATALLA. PRIMERO FUERON LAS MIRADAS, LAS ANIÑADAS, LAS GROSERÍAS Y LOS SALUDOS A TODA LA PARENTELA, CON "ESPECIAL" CARIÑOS A LAS RESPECTIVAS MADRES Y YO CON UN PAÑUELO DEL BRAZO ARMADO PRO PALESTINA LIBRE... ¿MALA SEÑAL?
...Y QUE VUELA UNA CUCHARA, UN PLATO, LOS SALEROS, EL Y LOS PANES SURCAN LOS AIRES YA ESPESOS; LA PRIMERA MANO SE INCRUSTA EN UNA CARA QUE SE DEFORMA, UNA CERTERA PATADA EN UNAS COSTILLAS Y ALGUIEN QUE VOMITA TODO SU AIRE MIENTRAS LOS PACTOS SE ROMPEN, QUEDAN YA CADUCOS DESPUÉS DEL PRIMER SILLAZO EN UNA CABEZA... VENDRÁN OTROS Y OTRAS CABEZAS, HASTA QUE UNO DE ESOS POLLOS EN CORRAL AJENO CAE Y UNA LLUVIA DE GOLPES SOBRE ÉL. SU COMPAÑERO LO ACOMPAÑA EN UN EXTRAÑO BESO A LAS BALDOSAS DESPUÉS DE UNA PATADA POR SU ESPALDA... Y SE DESATA LA ANIMALIDAD DE LOS GORILAS ENERGÚMENOS, MARCANDO SIN PIEDAD SU TERRITORIO EN SU PEQUEÑA SELVA.
MALA IDEA ESA DE LLEGAR DESDE OTRA CIUDAD A ALBOROTAR "LA PEQUEÑA CANA". SÓLO SE TRATA DE CORRER POR SUS VIDAS CUANDO SE INSINÚAN LAS PRIMERAS PUNTAS DE METAL. ÁNGELES Y DRAGONES JADEAN, ORDENAN LAS SILLAS VOLADORAS, BORRAN LA SANGRE DEL PISO CON LAS ZUELAS DE SUS ZAPATOS, SE MIRAN LAS MANOS, SE SIENTAN Y CARCAJEAN ORGULLOSOS... YO VUELVO A MI ENSALADA

viernes, mayo 06, 2011

...REUNIÒN DE NEUROCIRUJANOS EN EL PATIO INTERIOR DE "LA PEQUEÑA CANA". FRANCO HA SUFRIDO UN DERRAME CEREBRAL CRÌTICO. SU MEJOR PRONÒSTICO ES QUEDAR VEGETAL, SEGÙN ALGUNOS MÈDICOS DE TURNO. EL LENGUAJE ES ENREDADO, POCO ENTENDIBLE, QUIZÀ SEA POR EL EXCESO DE MARRAQUETA CON DULCE DE MEMBRILLO Y TÈ EN EL INTERIOR DE SUS BOCAS, QUIZÀ POR LA TOS PRODUCIDA POR EL TABAQUISMO O EL DETERIORO ALCOHÒLICO.
DESPUÈS DE UNA PEQUEÑA CHARLA CON EL LENGUAJE DE SEÑAS, ES POSIBLE LLEGAR AL HISTORIAL CLÌNICO DEL PACIENTE.
EL SUJETO A TRATAR SE HA GOLPEADO REPETÌDAMENTE EL CRÀNEO, BESANDO EL CEMENTO EN CAÌDA LIBRE, DESPUÈS DE LA INGESTA DE RONCOLA, GIN CON GIN O LO QUE ESTUVIESE A MANO... SE LE HA REVENTADO LA CABEZA POR DENTRO.
ACTO SEGUIDO, LOS GALENOS EN CUESTIÒN, PROCEDEN A DISCUTIR SUS PROPIAS EXPERIENCIAS, NARRANDO CON EXAUSTIVOS DETALLES SU CAPACIDAD DE AGUANTE EN MATERIA DE BREBAJES, DESDE PUSITUNGA, "COCO LOCO", GRAPA 98º Y OTROS NOMBRES QUE NO LOGRO RECORDAR... CADA UNO APORTA SUS TRATAMIENTOS POST TRAUMÀTICOS, DESDE AGUA MINERAL CON LIMÒN DE PICA, UN BAÑO DE TINA MUY CALIENTE, BIRRAS, CHIMBOMBO O UN LITRO DE GIN CON GIN.
LOS OBSERVO, ABRAZADO A MI MUG DE TÈ CON CANELA Y UN TABACO. PIENSO EN FRANCO, UNO DE LOS PRIMEROS QUE ME DISPARÒ UNA SONRISA EN "LA PEQUEÑA CANA". EN SU MOMENTO CREÌ QUE SUFRÌA - SI SE SUFRE - ALGÙN RETARDO MENTAL, SU MIRADA ERA DEMASIADO INOCENTE COMO PARA ESTAR AHÌ, CON SU POLERA NARANJA, BERMUDAS BEIGE, CALCETINES Y ZAPATILLAS DE MARCA. CASI SIEMPRE CON SUS BRAZOS CRUZADOS, COMO SI HUBIESE SIDO CASTIGADO REPETIDAMENTE A ESTAR SENTADO EN LA MISMA SILLA. POSEÌA UNA MUECA DE MIRADA BRILLANTE, COMO AGUANTÀNDOSE EL LLANTO EN SU CUENTO DE "LOS HOMBRECITOS NO LLORAN"...
UN DÌA ME OBSEQUIÒ UNO DE LOS MÀS TIERNOS ABRAZOS QUE HE RECIBIDO EN MI VIDA, HASTA AHORA. GENERALMENTE ESTABA BORRACHO, IDO, CUANDO HABLABA SU LENGUA ESTABA TAN TRAPOSA QUE PARECÌA UN IDIOMA POR EXORCIZAR...
ACBAN DE AVISAR QUE NO SOPORTÒ LA OPRACIÒN. OTRO ÀNGEL O DEMONIO QUE SE VA, MIENTRAS YO SÒLO OBSERVO DESDE UNA ESQUINA DE "LA PEQUEÑA CANA" SIN METAFOREAR.
UNA ORACIÒN, UN MINUTO DE SILENCIO, SE VUELVE A LA TV, EL AMBIENTE SE COLOCA TENSO, LA CENA DESABRIDA, SE CRISPAN ALGUNAS MANOS, ALGUNOS OJOS MIRAN AL PISO PARA NO DELATAR UN LLANTO APAGADO, EL CHINO RENUNCIA A NUESTRA COTIDIANA PARTIDA DE AJEDREZ, ALGUIEN ERUCTA SONORAMENTE, COMIENZAN LAS RISAS Y AQUÌ NO PASÒ NADA, O CASI NADA...

jueves, mayo 05, 2011

...QUIZÁ FUE UN ACTO ESOTÉRICO, SUERTE O UN PASE DE MAGIA PERO, DESDE EL PRINCIPIO EL SUPO - Y APOSTAR A AQUELLO - EL DESENLACE DE AQUELLA HISTORIA. ESPERÓ LOS ACONTECIMIENTOS DE MANERA QUIETA, COMO CAZADOR, ANIMAL AGAZAPADO, AGUARDANDO EL SEGUNDO EXACTO... FUE CÍNICO E HIPÓCRITA, DEJÓ MENTIR PARA SABER HASTA DÓNDE LLEGABAN LAS MENTIRAS...
AUN, ALGUNAS NOCHES CONTINÚA PREGUNTÁNDOSE SI ÉL MISMO LO BUSCÓ, ACASO UNA SUERTE DE KARMA O EL AGRADO DE APOSTARLE A SU DESTINO CON DADOS CARGADOS.
YA NADA SERÍA IGUAL, SÓLO HABRÍA UN "ANTES" Y UN "DESPUÉS" DE SU VIAJE POR "LA PEQUEÑA CANA"

martes, diciembre 21, 2010

HILOS DE COLORES



No recuerdo bien cúando ellos llegaron a vivir al departamento de enfrente. Él, un carnicero regordete de cara enrojecida; ella, mucho más joven que él, con unas greñas largas que no dejaban ver su mirada. Ella, siempre tejiendo con hilos de colores, sentada en la silla del patio interior. Él, siempre saliendo de mañana.
Como casi todos los sábados, él regresaba a su hogar, se emborrachaba, ella recalentaba algo del almuerzo, sin mirarlo. Después… los gritos, los platos rotos (que ella siempre pagaba), los golpes, el portazo, el llanto.
El silencio.
-¡Que no te metas, que ya te lo hemos dicho! – me gritaba Manuel desde la cocina mientras yo observaba impávido... como siempre, sin hacer nada.
Un sábado no se escucharon ni gritos ni platos rotos ni golpes ni portazos ni llanto. Sólo silencio.
Un madrugado miércoles, encontraron al carnicero desnudo, sentado en aquella silla del patio interior. Lo habían destripado, el tajo iba desde su ingle hasta su garganta. Lo habían rellenado con sal y zurcido con hilos de colores.



lunes, agosto 02, 2010

Y RE NACIÓ
SE CREYÓ MANCO
SE DIJO TUERTO
SE CREYÓ COJO
PERO RENACER ERA SU VERBO...

lunes, junio 14, 2010


Dormir parecía buena idea, aunque el frío, de manera intermitente se lo impidiera, cual dictador. Los vidrios se desempañaban, o quizá, sería más correcto decir que se descongelaban como lágrimas. Como pudo llegó hasta la cocina, descorchó una botella de vino de dudosa calidad y volvió a su refugio-cama. Cualquier motivo era justo para eso. Metafóricamente miró hacia su costado, brindó por su ausente amante y sonrió de buena mala gana. Los gatos lo miraban hablar a solas, lo observaban observar lo que un día tendría que ser pasado. Memorizó todas las paredes, sus detalles, las ropas y las cosas que se iban a dividir algún día.
Intentó, trató de ser ecuánime…- “¿Pero quién carajos puede ser ecuánime cuando se enamora así, de manera tan clandestina?”- murmuró.
Despertó, tocaban a su puerta, le sonrieron, lo besaron y se sintió ridículo, sin contexto; sólo la miró hasta sus ojos, hasta que nuevamente se durmió.
Repitió eso de despertar, exactamente cuando una mirada ojos miel ya se incrustaban en él, a muy corta distancia.
Desde ese día, todos se preguntan de qué ellos dos se ríen tanto.

martes, junio 08, 2010



...IZÓ LA BANDERA EN EL FUERTE DERROTADO, QUEMÓ LOS CARTUCHOS,
QUEMÓ Y LIMPIÓ
DESHISO LO IMPERDONABLE,
RECORRIÓ LABERINTOS CON TRAMPAS
SACÓ LA BASURA, RECIBIÓ INSULTOS Y SE LOS GUARDÓ
RECORRIÓ EL PAISAJE CON VISTA INERTE
HABLÓ CON JACK Y SE PUSO A REÍR...
SE DURMIÓ AL ALBA, ACURRUCADO DE OLORES

lunes, mayo 17, 2010




El frío era agresivo, agudo, penetrante. Decidió hacerlo suyo. No cometería errores aquella noche, entre mar y neblina. Lentamente se desnudo, a oscuras, a ciegas. Las esperanzas se cobijaban, escondidas, ausentes. LLevó el último tabaco a su boca, el último sorbo con su amigo Jack. A tientas desparramo su ropa por la alfombra cordero. Abrió sus sábanas y aguantó la respiración, esperando el helado némesis. Adoptó la acostumbrada "fetal" y vomitó un tímido "buenas noches" hacia cualquier parte... Le respondieron que lo amaban y un cálido cuerpo lo acunó.

jueves, abril 15, 2010

domingo, noviembre 08, 2009

NO CAMINES...


Por favor, no pienses en caminar con mis zapatos; a veces son gigantes abrazadores y de vez en vez, son enanos que sobrecogen. No lo intentes. No camines con ellos.

No deseo verte sangrar ni trapear aquella sangre, la tuya, con tus ojos de mosquita muerta. No deseo condena, no deseo acusación. Por favor, deja mis zapatos en paz.

No los camines. No lo intentes; están malditos de lluvia espera. Benditos de paisajes no legibles. No camines en mis zapatos. Ellos atesoran pequeñas piedras y hojas de afeitar.

Tus pies desnudos me bastan, pies de polvo talco sobre el techo, en él. Tus huellas de huída y de regresos, las del “voy y vuelvo”.

No intentes caminar en mis zapatos.






jueves, octubre 15, 2009

EL DOBLE...
Poco a poco su cuerpo comenzó a moverse, primeras fueron sus manos, luego los dedos de sus pies. Él se abría como flor carente de certeza total. Lo advirtió, sin abrir sus ojos aun; sus labios estaban pegados firmemente. Sólo podía saborear el gusto a la resaca regalada por su amigo Jack. Intentó varias veces incorporarse de su gran camastro, el del hemisferio derecho polar. Giró y las sábanas lo volvieron a atrapar. No podía putear, sus labios aun estaban siameses, se conformó con alegar con el pensamiento, escucharse amordazado. Un ligero suspiro hizo que se callara.



- Juan, vuelve a dormir, aun no amanece… - Pero él no era Juan, según Juan.
Abrió sus ojos; descubrió entre la pequeña claridad de su pieza, aquella espalda azulada de la pálida mujer. Su pelo negro caía hacia él, permitiéndole ver sólo islotes de aquella carne… ¿Y quién mierda es esta? Pensaba Juan, mientras a duras penas gateaba por encima de su colchón, evitando aplastarle las piernas a su visitante. Al llegar al borde de la cama intentó pararse, sabía que a un paso estaba la puerta y a una mano de distancia, el interruptor de la luz. Atinó sólo a una especie de aleteo desesperado, su cara se incrustaba de lleno contra una repisa con libros, que, según recordaba Juan, debería estar al lado opuesto. Obviamente, no se podía escuchar ninguna chuchada de parte de él… Sólo un quejido nasal.



-Te lo dije anoche, no hagas mezclas… Pero tú hueón, siempre tan porfiado. ¿Vas al baño? Recuerda que tenemos cortada la luz, camina con cuidado.
Juan caminaba a tientas por el pasillo de su memoria conocida; además, no era el primer “corte de suministro por no pago” que él sobrevivía en esa casa… Lo sabía, después de ocho pasos estaba la pieza vacía; obviamente, a su izquierda, la puerta del baño. Entró, ya casi con sus boxers abajo para sentarse y mear tranquilo; solía hacerlo así los “días de apagón” para evitar herrarle a la taza y manchar el piso con orina.




Entró al baño y escuchó un fuerte grito de alguien que le decía a un tal Pablo que había un hueón en pelotas en la puerta de la pieza. Sintió dos enormes manos masculinas que lo sujetaban con fuerza de los hombros, lo hacían girar y de un empujón lo enviaban en dirección contraria. Juan, en el marco de la puerta intentó con sus dedos despegar sus labios; sólo obtuvo un dolor de la puta madre… Se decidió y entró lentamente. Una vez en el centro de todo, sabía que sólo era un paso y medio… y a sentarse. Así lo hizo, pasó cagando hacia atrás con la cortina de la ducha, tubo metálico, jabonera y frascos de shampoo… directo hacia el fondo de la tina. Salió de ahí como pudo, igual a una tortuga de espalda, y se fue de frente contra el lavamanos; cayó semi aturdido. Se encendió la luz y el hombre de las manos grandes lo ayudó a levantarse…




- ¡Mierda Juan! ¿Hasta cuándo cresta, siempre dejando tus cagadas? Ya hueón, mea tranquilo… - Juan no reconocía al hombre, sólo atinó a afirmarse del mueble en dónde guardaba las toallas; el mueble ya no existía, por lo menos ahí no… Juan, nuevamente de hocico al piso.
Escuchaba las gotas de sangre de su cara hecha mierda rebotando en las baldosas. No había otro camino. El regreso sería gateando hasta donde estaba esa mujer. Al salir del baño la luz se apagó. Al regresar a su pieza, como pudo trepó hasta la cama, se acomodó y poco a poco se durmió; a ratos, se despertaba para despegar su cara de la almohada. Su sangre comenzaba a secarse. Alcanzó a escuchar a la mujer diciéndole que se durmiera de una vez, a la mañana siguiente hablarían. Él sólo atinó a abrazarla con un desconocido cariño.


Era la mañana del domingo y no pude resistirme a llamarlo. Su desaparición había sido muy extraña; se suponía que íbamos a dormir juntos en mi departamento, cuando se vistió rápidamente, sin siquiera encender la luz y se fue con su amigo Jack…
- Hola ¿Con quién? - Su voz de resaca era para mí ya inconfundible.
- ¿Aló, Roberto? ¿Cómo amaneciste? Soy Javi…
- ¿Cómo me llamaste?
- Roberto, así te llamas, ahueonado…
- ¿No me llamo Juan, verdad?
- ¿Con qué te diste en la cabeza anoche, tontito?
- No, con nada; o mejor dicho, con todo…
- Te lo dije anoche, no hagas mezclas… Pero tú hueón, siempre tan porfiado.


martes, octubre 13, 2009



Dicen que veía sus sábanas volar,
Ensangrentadas
Como naves inconclusas
Aleteando, gimiendo.

Decían que podía oler su sangre
El coágulo de su historia
Entero de tiritones
Las aguas lo mecían.

Dicen que abría los brazos
A la lluvia
A las nalcas
A los digüeñes
A las bandurrias de la mañana.

Decían que juró algo en el mar
Quizá playa
Quizá tempestad.
Juró.
Su lengua era sólo un dialecto
De esos pocos.
Que no se estudian
Que a veces no se entienden.

Dijeron que juró en la tierra
Miró al cielo.
Dicen que no era de acá.



lunes, septiembre 14, 2009



He recorrido nocturnas calles, de esas de lunas y de sombras sobre el pavimento mojado, mientras, he decidido todo antes de alcanzar a contar hasta diez. Tal vez crean que es sólo abstinencia de alcohol, drogas o simplemente de sus presencias. Tal vez tengan la certera razón.
Aunque imagino que intentan saber lo que siento, les cuento el cuento de que no lo saben ni imaginan. Tengo mis motivos; si no los hice visibles ante sus miradas, ya no sirven, en todo caso y para la suma y la resta, son iguales o mejores a los de seguir con vida, eso dice mi espejo. No dejaré ecos de estallidos, sólo intentaré dejar razones.
Les pido disculpas por la sangre sobre la mesa. Les escribo desde la penumbra que me regala la luna de agosto y las velas que dejaron alguna vez. Me desangro. Les aviso que la muerte se puede sentir, pero eso de las escenas de la vida o la metralla de recuerdos es una mierda de mentira. El aceite de bacalao, aunque con sabor a frutilla, sabe al carajo.
Yo creía que uno sólo se adormecía y comenzaba a borrar sueños y vida pero, este dolor ya casi no se soporta. Disculpen pero no podré secar las lágrimas que tirarán por ahí, cuando me sorprendan frío y ausente.
Lo siento, ya no puedo esperarlos más adentro del posible arrepentimiento, entre los pasares, en este presente en donde sentí la traición gratuita, el desprecio y la cobardía. Les repito que la vida no es injusta, sino sólo práctica y en ocasiones aburrida, como anciana compañera de viaje.
El freno ya no existe ni la reversa; como se acostumbra, he encendido quizá mi último tabaco. Lo que he hecho es auto condenarme y he perdido en mi defensa. No se preocupen, las cuentas las he pagado.
A los míos “míos”, debo escribirles esto antes de que despeguen mi sangre de estas páginas que ahora son mi soporte. Nadie tiene culpa de nada, y mientras llega aquel momento del cual hasta los curas temerosos hablan, deseo que sientan que siempre los he amado y los cuidaré si eso de la otra puta vida existe. Sin duda, señales les dejaré por los caminos compartidos.
Comienzo a adormecerme sin miedo. Sin duda los extrañaré pero, no soy de esos que huyen. Me pueden hablar cuando lo deseen, los estaré escuchando. Luchen por los escasos segundos de felicidad; uno que otro hilo moveré a su favor desde donde esté.
Por favor, no sigan mi ejemplo. Adiós.




jueves, septiembre 10, 2009

RESACA...
& EL DERECHO AL VÓMITO




¿Cuánto tiempo ha pasado? Los rincones se han ido de huida clásica. Aun la vista aérea rehace ver ese letrerito de neón que indica que no será una bienvenida, quizá por sincero vómito o arcada verdadera. Mejor será el sobrevolar aquellos paisajes que se dejaron, con miedo y valentía; difícil mixtura arrojada al cielo, en donde se buscó… Volver a nacer sin paracaídas fue el empeño. Quizá volver a aquella mirada de lluvia por la espalda, esa de espanto y frío. Se maldijo a la realidad que entró sin valentía, sólo a susurros.




Las mañanas crueles de ausencias son para teleseries, las muertes por la espalda son compañeras de viaje, ya no agreden. Palitos de fósforos y adhesivo en las cerraduras de los candados fue la receta, uno que otro incendio en el jardín fueron las luces guías del aterrizaje, luces de tierra que adornaron el no naufragio entre lluvias del sur. A veces el “agua espejo” mata.

Repetir finales es de cobardes. Muchos prefieren transitar paseando la joroba que darle la cara a la lluvia; quizá sea de oscuros el no andar con caretas “water proof”. El bostezo no es humilde pero certero. La verruga es visible pero nadie la toca; es de reojo el cuento cuando te la cuentan… y te das por enterado en la mitad de la mentira, y dejas seguir la rueda para saber hasta dónde llegará. Asumes. Algo ya se ha roto y no hay sonrisa de protocolo, las ronchas pican por dentro de los párpados cansados. Ojalá la noche acarree alguna caricia, de esas heladas, por la espalda vigilante…






lunes, abril 20, 2009


Era cosa de esperar y el teléfono sonaría. Era ella, con su tristeza de no haber concretado nada. Él, solo atinaba a monosilábicos y a una negativa de volar a su departamento. Lo hizo igual, le habló hasta que ella cerró los ojos.
Se despidieron de madrugada, mientras ella le preguntaba si por ella no se quedaría. Silencio y una sonrisa recibió.




domingo, abril 19, 2009



Recuerdos de la lluvia, entre los vagones de un tren hacia Antilhue. Una bebida color rojo y una tortilla muy seca aun con sabor a cenizas. Siempre a solas, pensando en la ley de lo relativo, pensando por ejemplo; ¿si yo caminaba?, el movimiento del tren anulaba el mío…
Los árboles eran sólo manchas verdes que se mezclaban con el olor a carbón piedra. Mi cara mojada y las primeras nociones de una quieta soledad amigable, como Gasparín.
Podría haber un tren a carbón hacia Hungría.




jueves, abril 16, 2009

¿QUÉ VES?
- ¿Qué ves?
- Inmensidad…
- No te inquietes, el mareo pasa, gota a gota.
- Voy flotando! Vuelo a ratos!!
- Es natural… Espera.
- Voy flotando!
- Disfruta… ya se acaba.
- Amanece y no quiero un Black Out…
- Quémalo!
- Lo haré ¿15.000 kilómetros?
- Sin volver; así es… Las historias ya fueron, merecen respeto.
- Soy un colibrí rondando histérico a un gran rosal de agua.
- Quieto ¿Puedes estar quieto?
- No lo logro…
- Por lo menos, será una bala marcada la que te baje.
- Así parece… pero sabré, y me quedaré quieto. La miraré llegar.
- ¿Valentía o simple depresión animal?
- Flotar…
- ¿Resignado?
- A la deriva entre nubes… entre aguas agitadas.
- ¿Aguas espejos?
- Crash!!! Un Colibrí va a mutar!!!
- ¿Muchos cambios?
- Dragón de fuego. Irremediable.
Alguien que se incinera
Entre el cielo y la tierra,
Dejando estelas de luz
Rasantes
Puras y en ocasiones convexas.
Pero nunca en un lugar fijo…
Ni en el cielo ni en la tierra.
En ninguna y en todas partes.
Promesas que se retuercen
En un largo amanecer que ya no aturde.
Bocas sedientas y cocidas con hilos de pescar.
- ¿Qué ves?
- Ceguera… Y frío.
Tirando equipaje por la borda.





DE ESAS COSAS NO SE HABLA...

Entre ella y él se había estipulado – sin estipularlo jamás – una suerte de clave para conectarse. El primero de los dos que descubriera que el otro ya estaba conectado, comenzaría con una suerte de llamada a chatear. Era simple, cualquiera de ellos se desconectaría y conectaría en rápidas y repetidas ocasiones, logrando un parpadeo de la lucecita verde en pantalla. Esa noche él lo hizo sin obtener respuesta. Pensó en dejarla en paz y cancelar ese juego de luces, como de barco a barco, en plena travesía en alta mar. Se dedicó a actualizar algunos programas en su laptop y a contestar una serie de correos; algunos aburridos y otros de carácter formal con información sobre concursos literarios en Madrid o en Barcelona… Estaba en esa tarea cuando ella hizo lo suyo y la lucecita verde comenzó a parpadear desde el otro lado de la red.

- Hola, estaba en algo más o menos importante…
- Me imagino. Te vi ayer caminando con él, atemporales.
- Si, amigo mío… me volvió a dejar la cagada en la cabeza el huevón!
- Bueno, nada que decir. Ya eres bastante grandecita como para que vuelvas a caer en esos juegos trasnochados ¿No crees?
- ¿Ya te vas a poner de hermanito mayor?
- Bueno, si lo deseas, cambiamos de tema… ¿Lo deseas?
- (…)
- Amiga ¿Y ese silencio? Ya sabes, el silencio otorga, a veces…
- No, no te detengas, sólo pensaba en el día de ayer, sólo eso.
- Espérame un segundo, debo ir al baño… - En realidad, lo de la ida al baño había sido el viejo truco como para tener un par de minutos para ordenar las ideas, intentar decir lo correcto. Sin duda, ella deseaba la palabra justa que diera en el clavo, aunque eso significara que aquel otro clavo se hundiera más aun… - Ya, he vuelto!
- Chuuuú! Andamos con tremenda vejiga esta noche, amigo mío.
- Muchas birras en el bar…
- Si, te vi desde afuera.
- ¿Y por qué no pasaste?
- Andaba con él.
- ¿Y?
- Pensé que te sentirías algo incómodo, ya se que no te cae muy bien el personaje en cuestión.
- Sólo me molesta verte, ver como quedas cada vez que él vuelve a moverte los hilos…
- Ya no. Hoy se volvió a su ciudad de mierda!
- ¿Y cómo que no saliste corriendo?
- Qué simpático te pusiste!
- Lo siento, me salió del alma…
- Lo se. Y bien, creo que hoy me dí cuenta de muchas cosas, o quizá sólo las comprobé.
- ¿Y que serían esas cosas, Penélope?
- Oh! Qué buen chiste… ¿Estás cagándote de la risa de mí?
- Para nada… en serio! – En realidad, lo que yo sentía hace tiempo era una especie de muda tristeza al verla cagarse por un huevón así.
- Me cansé de sus mentiritas huevonas! No sé por qué lo hace ¿Para qué? Tú ya lo sabes. Para mentir bien, hay que tener excelente memoria.
- Supongo que para no perder ni pan ni pedazo ¿Acaso no te das por enterada que, en una de esas, él huevoncito ya tiene otra pareja en Santiago?
- Si lo he pensado, pero es que nos queda la cagada, apenas nos vemos. Mis hormonas se disparan…
- Obvio…
- Creo que a él le ocurre lo mismo.
- Bueno amiga mía, una ducha fría sería lo correcto! Juá!!
- ¿Sabes? No puedo ser tan racional como tú.
- Matemática pura! Uno más uno… Dos!!
- Claro, suena súper fácil para ti.
- Hey! Ya sabes, yo también acarreo mis historias…
- Si, en realidad. Casi lo olvido ¿Has sabido algo de ella?
- Nada y pretendo dejarlo así… Gasté mucho tiempo en aquello.
- Bueno, de eso me di cuenta también, hace tiempo. Descubrí que le perdí la confianza, que ya no le creo; sólo lo dejo hablar y hablar y que jure que digo que si a todo. Parece “Corín Tellado” esta huevada!
- Así no más es… Algo de “cebollita picada”; qué quieres que te diga.
- Dale no más, huevón! Aunque no lo creas me reafirma lo que pienso.
- ¿Y en qué quedaron? Ya sabes, obligadamente tendrás que pasar por Santiago unos días cuando te vayas al norte.
- Si, ya calculé eso. No sabrá que estaré allá, me refiero a las fechas.
- Amiga mía, con la suerte que tienes… vas a salir a comprar a la esquina y te apuesto a que te lo topas! Juá!!
- Ya había pensado en eso. Usaré gafas y me colocaré unos bigotes!
- Con lo guapa que eres, me gustaría ver eso!
- No sé. Sólo me preocuparé de hacer los trámites de la Universidad lo más rápido posible y continuar viaje.
- ¿Me llamarás?
- Dalo por hecho! No sabes las ganas que tengo de verte!! En serio.
- Yo también… Te preparé la cena, tú pones la de Jack!
- Es un trato!
- Ok! ¿Y tu hermano, qué dice?
- Nada, él no se mete. A veces deseo que lo hiciera, pero nada!
- Bueno, es que la historia entre tú y el huevoncito es muy “extraña”, por decirle de alguna manera… ¿Quién mierda se podría meter a opinar?
- Tú, por supuesto.
- Recuerda, yo fui testigo de los hechos; desde el principio!
- Si, lo tengo claro… Y él también.
- Creo que ya es hora de que rompas tu círculo vicioso ¿Cómo tan obsesiva la huevoncita? ¿O sigues enamoradita como chiquilina?
- A veces creo que estoy cagada de la cabeza. No sé.
- ¿Ayuda profesional?
- No te rías, en ocasiones también lo he pensado ¿Cómo tanto? Digo yo.
- Bueno, cuando nos llega… nos llega!
- Parece! Oye, ¿vas a ir mañana a donde la Pame?
- Aun no sé, ando medio autista…
- ¿Y eso? Bueno, bastante común en ti!





Él no volvió a contestarle; sólo puso su cursor sobre aquel puntito rojo que lo haría aparecer como desconectado. Ella no insistió, quizá adivinando que había metido el dedo en alguna llaga qué él no había logrado sanar. Todos tenían sus historias, y las suyas eran prácticamente idénticas. Eso sí, él ya había desarrollado una especie de antídoto en el silencio, como muchos, como todos los que callan y andan por la vida dándoselas de rudos machos, tomando Jack Daniel’s a la John Wayne. Todo indicaba que él había logrado cometer el asesinato perfecto y llevarlo a cabo sin una sola mancha de sangre.
Ella, en ocasiones, envidiaba eso; aunque de vez en vez, él no podía disimular que estaba muy lejos.






martes, abril 14, 2009


Las despedidas son hipócritas por algunos costados. Algunas son sólo para comprobar que ya es verdad eso de la partida. Las declaraciones de amor fraterno nunca antes declamado no se hacen esperar. Los recuerdos fluyen entre el vino y la birra; no falta quien llega con el buen amigo Jack para sellar todo de buena factura. Se evitan temas incómodos que puedan incomodar por cualquier miopía. Hay que respetar a la historia si esa fue la premisa… “Hacer la historia”. Ya suficientes y ajenas “lagrimitas de cocodrilo” han tapizado mi alfombra; los momentos justos en que se recuerdan actos insospechados. Resulta que siempre fui bueno. Insisto en eso del “niñito problema desde chiquilín”. Llueven los “pero” y los “por qué” de este viaje a lo no conocido.
Pienso en Vincent. Mi gran tristeza. 31 días y la cuenta atrás.
Rimbaud y “Una Temporada en el Infierno”…¿Qué más puedo pedir?
Mañana, el “Pequeño Larousse Ilustrado”!!!

Segunda travesía, segundas aguas a contra luz, la quietud de las despedidas y esas ansias de las no ausencias. Un ligero viento y el sol que me aprieta los ojos. Cosas de la vida. Podría comenzar diciendo que las cosas no siempre resultan como han sido planeadas… mera disculpa para los que no saben afrontar a lo que ya fue escrito.
Segundo apronte. Mirar el agua, el paisaje, casi amazónico en un río de curvas; el capitán toca su bocina para avisar que tomará otra curva. Se detiene todo, un cisne se cruza. Se reanuda la marcha de este barco pequeño hacia el cumpleaños de “M”. Alguien comenta que ese cisne siempre “hace la misma historia”, esa de cruzarse. Prohibido el tabaco. Pienso en que será una noche muy despierta y corta; lo sospecho. Aun queda luna de Abril.
El paisaje es realmente inquietante de tanta quietud; un millón de tonos de un sólo verde. Para alguien que pinta es un jolgorio, una fiesta. Otro bocinazo, otra curva de río. Y se me ocurre acordarme de un amor de vientos… vientos pequeños que anuncian la llegada. Muelle a la vista. Vuelvo la vista al agua como si me molestara eso de “tierra a la vista”.
Desciendo con la calma de un conquistador solitario, como sabiendo lo encontrado y enterrado. Ya sin armadura y arrastrando una espada que a futuro cortará mar.
Los tablones de mi regreso, el abrazo fraterno de “R” y camino arriba, piedras y arena; olor a manzanos y perros entre las piernas. No hay ciruelas verdes. Gaviotas por todos lados, extraviadas de mar. Les cuesta poco volver a el.
Abrazo tierno de “M”, con esa mezcla exacta entre tristeza y alegría en su mirada, y esa sonrisa contagiosa que a uno lo hace sentir en casa. Mujer aperrada, de “esas” que valen, que no renuncian ante la primera lluvia. Una de esas mujeres que te dan sed de hablar, esas mujeres que te miran y te hacen sentir bien cuando ya no crees sentir nada, esas que no te cotejan, te aceptan. Y ahí están “A” & “B”, aguardándome con sus sonrisas y sus abrazos. “A” y su beso en la mejilla, beso de hermano, beso de macho tierno, cómplice de esos lados en donde no supimos en donde estar. “C” y su abrazo de oso con todo un cuello negro (Se entiende…) Birra artesanal, en bidones de 5 litros, literalmente desde la misma “ubre de la vaca”. Me regalan un galpón para que pinte y pinte y pinte. “Me voy sin regreso” digo. “Lo sabemos…” dicen. “Que se prepare la Europa, le enviamos al último !!!” Grita él, y suelta su gran carcajada. Alzo mi vaso y de respuesta recibo una tierna mirada. “A” me abraza… “Mierda que hay que ser valiente, hermanito”. Silencio.
Continua llegando gente; conocida y por conocer. La neblina se deja caer, nadie lo nota, o nadie lo hace notar; cada persona y su sacrificio de pasados. Unos muertos, otros vivos.
Comienzan los sacrificios. Suena un Grunch melancólico, receta para los pasados de los cuarenta… “esos” que sabemos que los “huevitos de pascua” ya no existen. Cómicos comentarios sobre la “venta de garage” más cuica y exótica nunca antes vista en la comarca. Risas y preguntas por si aun queda “algo”. “Vendo hasta mi alma” digo. “Me conformo con el cuerpo” dice ella.
A avivar el fuego, el primer sacrificio ya está aliñado y es enorme; crecen los colmillos, la ensalada ya está lista, los ojos comienzan a brillar naranjos. Las risas son bufandas croatas, al viento. El cariño se respira. Se exhala. Es tiempo de cambiar el switch. Los lobos se muestran. Las espadas quedaron debajo de un manzano. Ahí, donde me recuerdo y me acuerdo de ella. Cada abrazo, cada beso era dar la vida.
Todos de “cuello negro” y felices, agradados de tanta natura… “Y si caminas, mas allá de la quinta de manzanos, encontrarás un estero en donde mojarte la cara con luz…”
Y fui, no encontré mi reflejo. Sólo se reflejó una secuencia, un diaporama de escenas pasadas. (Sin duda, el agua, en mis manos es algo mágico) Y en un instante ya estaba entre sus sonrisas, había caminado el regreso tarareando “Hombre al agua” de los Soda. Sabía a quien le dedicaría ese archivo, la despedida ya es inevitable; es como un disparo. Supongo que uno siempre siente ese mecánico ruido antes del suicidio; sabe que ya no hay vuelta, un segundo y adiós
Salen y salen esos cigarritos que dan risa. Segundo sacrificio.
La luna de Abril se va tímida entre la neblina (Y nadie lo nota) y yo me voy con ella. Regreso en silencio, para evitar despedidas. Mi patria azul me espera.
(Soy patético… creí en la mentirita de una niñita! Pero ya era tarde de darme cuenta de las cosas. Extraviado en amaneceres.)
Mi único equipaje es y será mi patria azul; cabe en mi bolsillo perro, a un costado de mi alma-museo.

martes, abril 07, 2009


No supo cómo sucedió, todo cayó por su propio peso y sin aviso ¿Debía haber aviso? Sólo tenía una madeja enredada en las tenazas, una madeja que él hacía rebotar contra su pared, pared repleta de marcas, de mañanas con sueños y sin sueño. Rock y otros brebajes en los oídos y la garganta, sabor almendrado; tranquilo recorría el epicentro de la debacle, sonreía a ratos… Debía creerla. No le quedaba otra; esas noches de fácil salida ya no volverían, ni por más deseadas que fueran. La imaginación de “terminar todo en buena” se cortaba de raíz. Pensó en apelar a la buena razón pero, descubrió entre suspiros y fotofobia, que eso de la razón era la sin razón. Buscó opiniones; le fueron tan ajenas como la esperanza que dejaba de latir. El círculo de fuego se cerraba y ante eso, lo único que restaba era la salida final. Como pudo se incorporó y caminó sobre sus pasos, no era nada de simpático hacerlo, más bien sus pisadas eran más pesadas que el día anterior o el cemento se derretía. Recordó aquella advertencia que pasó por alto; y bien, ahora sólo debía asumir las cuentas, todas esas facturas que le pasaba la vida. ¡Nada de caminar para atrás como Michael! Moon Walker al carajo.
Decidió que nada se repetiría como en el principio, ese inicio conocido que no había respetado. Las esperanzas enceguecen y envejecen. Aceptó las heridas caídas sobre su espalda. Era hora de aprender a volar.

lunes, marzo 16, 2009

LA LAVADORA...
(Luna LLena de Marzo)No recuerdo la fecha exacta ni lo que gatilló su extraña manía con la luna de Marzo pero, su monotemático discurso en ocasiones se volvía desagradable. En una ocasión lo descubrí hablando “aparentemente” a solas; lo menciono, ya que al mirarlo, también descubrí que la presencia a la cual él apelaba, se hacía sentir fuertemente y, debo admitir, que por un momento, yo también la sentí. Una noche lluviosa de bar, de esas noches de verano “a la valdiviana”, Francisca se aburrió y con voz firme le pidió que cambiara de tema; él, sólo se levantó lentamente de la mesa y sonriendo nos miró a todos y a cada uno mientras murmuraba… “Cuidado con la luna de Marzo, traerá cambios acelerados e inevitables”. Desde esa noche de lluvias que nadie lo volvió a ver.
Nadie se hizo esperar para emitir cualquier comentario o teoría sobre su destino. Lo mataron diez veces, lo suicidaron otras tantas, lo internaron en el psiquiátrico como en cincuenta ocasiones y lo hicieron viajar a Hungría, ida y vuelta como 8ch8 veces.
Beatriz andaba en uno de sus vuelos rasantes por Valdivia y era un rito compartir una de Jack caminando por orillas de ese río pero, sin duda faltaba alguien, faltaba el creador de ese rito; él hacía notar su ausencia estando ausente.
-¿Sabes Andrés?- Dijo Bea, deteniendo su paso, bruscamente.
-¿Qué pasa Bea?
-Yo creo que está en su casa… Otra de sus desapariciones.
-Quizá Bea. Nadie ha visto luz siquiera…
-Andrés, tú sabes que la pieza de arriba no se ve, no da a la calle, recuerda eso del “Black Out”. Y en cuanto a la música, ya sabes el truco con sus fonos inalámbricos, puede andar por toda la casa sin necesidad de cablearse.
-Si, en realidad… Bueno, no sé.


En silencio llegamos al bar y nos sentamos en la barra. Entre Bea y yo dejamos un puesto vacío a modo de recuerdo de “el ausente”.
Él me había enseñado que un Jack no se ocupa para emborracharse y menos para mezclarlo con Coca Cola… “Mira huevón, un Jack es para pensadores solitarios; puedes estar con mil huevones gritones en birra pero, hay algo en este brebaje de Tennessee que te hace bajar a tu subte, ahí, donde habitan tus espejos. No se te ocurra compartirlo con alguien que le ponga hielo o Coca Cola, te borraría de mi disco duro…”
Una, dos, tres, cuatro, cinco birras; Bea y yo, hablando cualquier cosa, evitando el tema. Creo que los dos deseábamos que apareciera esa contagiosa carcajada suya.
-Bea, yo me voy.
-¿Qué vas a hacer, quieres que te lleve? Ando en auto, lo dejé estacionado ahí, en la iglesia. ¿Un Jack en auto? ¡Ni cagando!
-Gracias, prefiero caminar…
-¿Seguro?
-Seguro… Mañana te llamo y vamos a eso del cumpleaños de la Cami. ¿Te parece? No, mejor anda a almorzar a casa, a eso de las dos de la tarde. ¿Te parece?
-¡Hecho!
-Chau.
-Chao, Andrés.
Mi camino a casa me obligaba a pasar por en frente de la suya. Miré al cielo y ahí estaba, una enorme luna llena; Marzo 9 y sentí que algo había cambiado… “Cuidado con la luna de Marzo, viene con cambios acelerados e inevitables” Recordé las que parecían ser sus últimas palabras. Encendí un tabaco y me senté en la vereda a recordar cosas como si él hubiera muerto, mi memoria se inundó de aquella teoría de “la lavadora y la luna de Marzo”, su teoría o su anuncio de lo que sucedería con su vida.
Aquella noche también había sido caminada con un Jack, habíamos decidido caminar juntos nuestro regreso. A las afueras de su casa me comentó que tenía una “reserva”, una de Jack… “Para la muerte silenciosa”, dijo con sus ojos tristes.
No recuerdo cuánto duró ese silencio, sólo nos pasábamos la botella de mano en mano, porque eso si, una de Jack se toma en botella. Se levantó lentamente del sofá y puso un CD… Obvio que era “Bulls on the parade”; una suerte de himno para él.
-¿Sabes hermanito? Me meteré a la lavadora esta luna de Marzo…
-¿Cómo así?
-Un estado mental para recibir los cambios… ya no dolerán.
-No te entiendo.
-Andrés, ¿has sentido un dolor tan intenso y enorme que llega a tal punto que te deja de doler por completo?
-¿Físico?
-Como sea; físico, sentimental. Da lo mismo ¿Lo has sentido?
-No sé… Quizá.
-Bueno, cuando lo sientas te acordarás de la lavadora…
-¿Y, cómo va eso?
-Te explico.-Hizo una pausa y tomó un largo trago de whiskey.- Primero, llega el Lavado Normal; es cuando decides dártelas de contorsionista y te introduces en el interior de ti mismo y aprietas el botón. Comienzas a inundarte de esa agua repleta de memoria. Al principio sientes un poco de frío, por eso de las putas ausencias ¿Vas entendiendo?
-Creo… Continua.



-Bueno Andrés, la cosa es que… como en un diaporama, se te empiezan a aparecer recuerdos puntuales que, generalmente son los hermosos; las risas los abrazos los besos las caricias las noches… y toda esa cantidad de huevadas que conocemos bien. Te vas empapando de todo eso, hasta que esa agua te tapa la cara y ya no sabes si es risa o llanto; sólo te preocupa aguantar la respiración hasta que descubres que no necesitas respirar; ese espacio–tiempo es tuyo y, si quieres inventarte unas branquias, te las inventas. Si quieres escamas, las tendrás también. Llega el sabor a limpieza y sabes que de alguna forma u otra, eres alérgico a ese detergente. Y bien… te dejas inundar hasta tus pulmones y sonríes al descubrir que tu memoria ha sido selectiva y no práctica, sin ningún ápice de venganza. Después, obviamente, llega la etapa del “Enjuague 1” Se te apaga toda luz y comienzas a girar y a girar y no entiendes nada. Llega el primer vómito, entre pasado y presente, y ves miradas que perdiste en la esquina del egoísmo, esa, de sentirte “super star”. No digas nada, ya calculé eso de la soledad extrema… esa del gemido seco, la de manos ásperas, esas de las cuales uno no se fía, menos cuando el frío enfría el sudor de tu espalda una noche de esas. Llega el momento, el primer intento de escape, pero no lo puedes ni siquiera describir, tu mapa se diluyó con el primer enjuague… Sabes que viene el momento del segundo enjuague y crees que la vida te pertenece. Nada nos pertenece; sólo nos pertenecemos a nosotros mismos. Y sabes que en el segundo enjuague llorarás, como chiquilín castigado pero, eres tú quien se autocastiga, sin misericordia y casi con sadismo. Pero todas las disculpas valen.
Y como ya sabemos tú y yo, llega el Desagüe, en donde la esperanza parece una puta vieja sin una puta esperanza.






Y de golpe, sientes que todo se derrumba, tiembla y se estremece. Sabes que llega la locura de la verdadera limpieza; el Centrifugado. Todas las cosas que guardaste en honor, ese honor que ahora no es nada, ni siquiera para cruzar la calle; se hace mierda entre tus sienes de gentil hombre de colegio pagado, descubres que te contaron el cuento. Te aferras y comienza el “gira que te gira” que te exprimirá hasta tus secretos que, borracho, le cuentas a tus pasos ¿Acaso no te hablas cuando vas por ese pasillo eterno, hacia el baño? Seguro que si. Anhelas la baranda de un barco que se hunde. Las cosas que creíste olvidadas, enredadas en la desmemoria, comienzan a tapizar tu pared circular y porosa; te enfrentan valientes, te exigen consecuencia y piden tu cabeza.¿Se las darás? No creo. Espera, no digas huevadas, falta el Secado. El Secado es especial, es bajar todos los crímenes a ecuación humana; esos asesinatos involuntarios que hemos cometido en pos de nuestra autosuficiencia. Es fácil criticar al de al lado, mientras no nos salpique de sangre. Le vendemos su suicidio a precio módico. ¿Y ahora? Invéntate una que no conozca. Sólo nos queda el Secado. Es aquí donde las manos se nos tiñen… ¿Qué prefieres, de tinto o de sangre? El crimen ya ha sido cometido. Qué espectáculo. Nada que hacer ante la conciencia.
Salí de mi trance de manera abrupta, como empujado; su casa estaba en frente mío y no había luz en aquella casa; admito que paranoiquié con la idea de su suicidio. Él me había enseñado como introducirme por su entrada secreta, esa, cuando se le perdían las llaves en su olvido. Llegué hasta esos ventanales, su perro no ladró, miré por la ventana y lo vi, ahí, tirado en el piso, con los brazos abiertos sobre la alfombra. Golpeé a la puerta y nada. La angustia se me hizo ovillo. Rompí el vidrio y entré… La casa y todos los ceniceros estaban limpios; buen detalle. Escuché su voz, su sonrisa, y sin mirarme siquiera dijo…
-Andrés, tranquilo, me estoy secando. La de Jack está donde siempre…