miércoles, julio 11, 2007

A CHILE... LE VI EL OJETILLO!!!

VIVA CHILE... MIELLLLDA!!!

"Cosas de la máquina..." (Tercer Ojo)



...Hago señas con el vaso, necesito otro Whiskey de Tennessee, la disculpa es afinar la puntería y darle a la pendeja mirona que juega con un cuarzo entre sus dedos, allá, en el último asiento; o en el primero... según la brújula. La risa de Anita vuelve a mover los peces Zambránicos, jurando que la "chelita" que se pidió será la última de la noche; no puede obviar su regreso a Quellón de madrugada. Alguien se ha extraviado (hay un taburete a mi costado, vacío, hace rato), me corresponde "el primer turno" de buscador de los vomitadores perdidos. Ahora viene el slalom gigante hasta al baño, entre taburetes, fotógrafos, pilares gigantes de madera bruta, bandejas voladoras y ese piano del pianista que se ya se aburrió de tantas interrupciones (con el tiempo ojalá aprenda que el viernes no es día de pianistas en vivo...) Logro entrar, y ahí está "El Tambo", locamente enamorado de la taza del water. Logra musitar un "todo bien... todo bien"; lo dejo en tan particular parto y vuelvo en slalom hasta mi lugar, nadie se ha adueñado de aquello. A esas alturas, todo aquel que haya meado su taburete y marcar su territorio, puede ir 8ch8 mil veces a Melipilla y volver tranquilo... todos cuidarán el culo del vecino.

Anwandter se acerca con su Vodka Tonic y me arrebata el tabaco; ya sabe que he sacado "la reserva". Me acota piticiegamente risueño: " El Gin hace mal para la vista... Já!" y escarba un platillo con aceitunas verdes, saca una, la observa con prolijo análisis y... se la come. "El Tambo" ya duerme sobre la barra con un ramito de flores en su mano. Inevitable, ya fue inmortalizado en una foto para el "Diaro Mural"(¿?)

La vieja campana de bronce ha sonado do2 veces. Ya es la hora. Pancho exclama: "Y esto... se acabó, Tíos! Gracias por todo." Las 6 con 15 y ya es hora de ir a buscar el ya conocido descanso del guerrero. Siempre las despedidas deben ser rápidas, los sorbos largos y los besos cortos. Jorge y Andrea ya se han ido en su escarabajo gris, en busca del mar y de Facundo (Su hijo Santiago aun no llega, pero llegará. Ellos aun no lo saben) Nury dispara un beso. Maha solo dice: "Adios, cariño... ¿Y? ¿Cómo va eso de la crísis de notener crísis? Me pierdo en el baño por una cara mojada; debo esperar a alguien para compartir un taxi; elijo las mesas oscuras del fondo, detrás de una cortina, donde comenzará todo más tarde... entre mantel y sillas.


(Dedicado a todos "Los Huérfanos del Tragabar". Esos que nos seguimos pillando por las calles en la porfía de volver ahí...

Cabezotas y el retrovisor... (Segundo Ojo)

La casa de la enredadera (esa de la ventana redonda) está sepultada debajo de un estacionamiento y "La Gota de Leche" va viviendo a duras penas entre Pubs de d02 litros de Piscola a luca. La casa de "El Gringo" sobrevive oliendo cada vez más a sushi y a un extraviado "Carolina Herrera" de secretaria ejecutiva bien pagada. El Otoño ya dejó su acostumbrada sureña postal y los árboles ya fueron depilados por esos señores de amarillo, todos encaramados como "lluviosos gorriones municipales", dejándolos como verdaderas manos negras, trenzadas al cielo... siempre esa es la marca del invierno.

"Sincronicity Live in Atlanta" y otro retorno mágico. Dos escalones de cemento, una vieja puerta y una campanilla. Ya estoy adentro. Un Blues y me esperan en la barra. Pendejas y pendejos a mi izquierda, pendejas y pendejos a mi derecha; paisaje necesario, requerido para llegar hasta allá, a mi "Ecuador". Sueños acuaticos colgantes del Zambrano... en la barra sonríen un "la maldición aun no ha terminado".. Nuty, Maha y su "Hola, cariño..." Pancho lanza su sonrisa sospechosa, revisando a contraluz los vasos para los bourbons. Las poleras negras estampadas se cruzan raudas, con bandejas y comandas. Miles Davis dice "hello?".

A cada paso, las voces aumentan el volumen. El fotógrafo pálido le habla al fotógrafo "chico migraña". El fotógrafo de sonrisa de "maricón sonriente" sólo les sonríe. "¡Salen unas 'Papas Bravas'...!" grita Victor pintor cocinero dibujante. Miles se va de retirada mientras una birra se me pone a tiro sin pedirla; Nury le da en el gusto a sus amores sureños, la música se tiñe de "ché" con un rapado de la Bersuit que me grita que son todos narcos, todos narcos, traficantes y... que se vayan todos a la concha de su madre. Inevitable, la noche ya llegó al Bar de los artistoides. Un improvisado Keith Jarret desde calle Bueras al piano... vamos y le interrumpimos su soliloquio pulsando cualquier tecla, él sonríe como siempre... otro rito.

Otra birra helada y el Anwandter que huye con su Vodka Tonic, ya aburrido de tanto que le pregunto: "¿ Y tú, eres feliz?". Aceitunas negras y un españolito que me habla de un Barcelona Fútbol Club y un tal Raúl. Sólo me queda sonreir y colocar interés; en esa barra se practica lo cordial... aunque a mí me apeste el fútbol.