Escarbaré entre lluvias hasta encontrarte, saciar miradas de años, acariciarte nuevamente entre distancias de hojas de colores mojados, alfombras de lluvias de ojos de acuario. Dejaré el dolor y las colillas, abriré heridas que dejen rastro hasta sanarse de manera limpia, a saltos por sobre todo rencor y esa casi nada, regalada en un sólo solo golpe.
Le daré tarascadas a la vida para volver a mirar junto a tí a la luna "nuna" y todas las estrellas que se multiplicaron en tus ojos, esas nubes que volaban con alas propias, la lluvia de espejos, ese mar inmisericorde y los dibujos sobre la arena; no olvidaremos a los hermanos árboles con "digüeñes" y nuestras conversaciones de cada esquina, cualquiera que tuviera alcantarillas por donde tirarle piedrecitas al infierno cristiano egoísta.
Amanece. Termina mi día. Comienzan los sueños... donde quiera que mires.