domingo, septiembre 30, 2007

BUEN DÍA...
(Let it be!)Buen día para morir, incluso llovía (Yo... veía) de a poco; nata innata! pero sin pausa. Lo tomaré como un descanso, después de correr a intensos tiempos. Amores a destiempo. Bálsamo sin derrota. Quietud levítica. Buen día para morir... dije yo. Con alas de cormorán al viento; secando el vuelo. Sacudida de perro mojado, mirada de ternura. La cobardía se había ido, cobarde y por detrás. Inmensidad de ser reflejo entre posas de agua. Buen día para morir, dije yo. Recordando adoquines mojados con lentejas de agua fresca. Buen día para morir... dije. Y no entendieron.
Calle "General Bueras" de amanecer y un cuchillo enorme en mi costado, no sé por qué mierda me acordé de un mar. Tres en mi contra. Mi chaqueta y mi notebook su tesoro. Mi vida en la cuerda floja, deambulando por el aire, sin reposo inmediato. Nadie a la vista. Un cuchillo que me apunta y repetí a sus ojos.... "Buen día para morir..." Y no entendieron. Les conté que tenía $1.550 y nada más! Que si era por un vino, lo menos que podían hacer era invitarme... Me aclararon rápidamente que era un asalto en descampado! Buen día para morir y no entendieron nuevamente. Les juré por mi hijo que mi notebook se iba conmigo y que la muerte no me asustaba; que me iba a ir con alguno de ellos para el "otro lado", que se las den de suerte, que eligieran ellos quien se iría con mi sombra. Incluso, le enseñé a ese pendejo, que el cuchillo, a 15 centímetros de distancia es más hábil. Y de un certero manotazo se lo arrebaté. Apunté su filo hacia mí y lo entregué... "Buen día para morir". Cuarta vez y cuatro preguntas. "Está volao este culiao" Dijo el pequeño. "Un tinto??" Le respondí.
Y caminamos por una calle, gastada de años de no ser mirada. Una puerta. Un " Toc Toc" y un bar clandestino repleto de almas con llagas. Grité "Buenos días, compañeros muertos!!!" La cabrona agregó... "Buen día mijito!" y agregué a la mañana eso de... "Buen día señora mía! Que tengo luca y media para reventarme!!" Mis asaltantes y yo, tiramos las monedas sobre ese mantel de plástico con olor a tinto de garrafa. Sin prisa y sin moler cabezas juntamos más de $10.000 y... todo al carajo, que se celebra mi asalto! Es buen día para morir. Que me cuide de mis amigos dijo la cabrona, sonreí sin apuro. Nada tenía tiempo. Era buen día para morir.
Y nos llegó el día, así de simple. Hermoso y simple. Y le regale mi sweater negro almenor de ellos; mi frío era menor que el de él. Creo, que por ahí me anotó su número del celular que se robó y... uno decidió volver a la escuela. Y los abrazos se hicieron sin cuchillo en ristre. Les pedí para el taxi... "Ahueonao, nosotros te vamos a dejar... salud!"
Y terminé acompañando a do2 de tr3s a su puerta. El más alto se perdió por ahí, cuchillo en mano. Buen día para morir, dije.
Volveré a esas calles con un buen vino.