domingo, abril 19, 2009



Recuerdos de la lluvia, entre los vagones de un tren hacia Antilhue. Una bebida color rojo y una tortilla muy seca aun con sabor a cenizas. Siempre a solas, pensando en la ley de lo relativo, pensando por ejemplo; ¿si yo caminaba?, el movimiento del tren anulaba el mío…
Los árboles eran sólo manchas verdes que se mezclaban con el olor a carbón piedra. Mi cara mojada y las primeras nociones de una quieta soledad amigable, como Gasparín.
Podría haber un tren a carbón hacia Hungría.